No sé si el cielo
vaya a caerse
o las montañas
fundirse con él.
Noruega,
bosque blanco
y gente trabajadora,
silenciosa,
de noble corazón.
Agua paralizada,
lluvia que quema.
Plumas de ángel
caen del cielo
y pintan de blanco
la tierra.
El tren.
El tren marcha
con pinturas de pinos, lagos,
alces, casitas con chimeneas.
Calor dentro las casas.
Aire que congela.
Corazones que laten
aunque la lluvia
fría siga.
Mosjøen,
Trøndheim,
Oslo
y las montañas
al cielo llegan.
Münch te describió muy bien,
Münch te llenó de fuego y pasión
y la nieve se derritió con sus pinceladas
llenas de tristeza y amor.
Troles en tus caminos,
liebres y zorros,
osos.
Noruega:
sueños de leña, lagos
y amor a la naturaleza.
16-17 de abril 2004
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